He ahí el “lugar” donde se aplican sentidos y propósitos digitados desde un ministerio al cual se debe “obedecer”, y para que funcione el “sistema” necesita de –entes- que lo hagan funcionar, y para eso están las escuelas, tanto -públicas y privadas- ser funcionales a los sujetos que determinan según sus –capacidades- el sentido de la educación y del “para que” de la misma. Con las escuelas nos topemos con instituciones sujetas a los fines gubernamentales y lleven a cabo las políticas educativas porque dentro de las escuelas, más allá de alumnos, hay una larga fila de inspectores, docentes etc. dispuestos a rajatabla hacer cumplir lo “posicionado” por el ente ministerial, ¿está bien, está mal?, es incorrecta la pregunta porque lo importante -no es eso-, sino la orden a OBEDECER, la obediencia en las escuelas es el medio por el cual “ese” sentido de educación, sea el vigente en -niños y jóvenes-.
Vamos a una paradoja, repetir para no repetir, ¿qué significa esto?, que, si el niño o el joven no dice, lo memorizado, entonces -no sabe- y por lo tanto por no poder repetir lo” enseñado”, fracase, es una educación consistente en contenidos y basada en la idea de aquella vieja corriente en Occidente vigente: el enciclopedismo, así, si usted memoriza, interioriza esos contenidos y para eso está la memoria, para repetir, y si el niño o el joven lo “dice”, entonces, el niño y el joven “sabe”, el niño y el joven tienen diez, ahora, ¿es la numeralidad correlativa con la comprensión o un despertar inteligente, posición crítica, lucidez, etc.? je, todos dirán que ¡no ¡ pero seguirán con los manuales aprendidos de prácticas espurias, inútiles, crueles por obligar a las cabezas hacer cosas detestables, como es meterse esas cosas y justificadas como contenidos y también, mancillen los espíritus de niños y jóvenes si no acatan lo que “deben” acatar, ¡repetir!, barbaridad justificada desde la polisemia -educación-.
La pregunta, va tras cierto acto para dilucidar, ¿es la cabeza quien debe estar al servicio del libro o el libro, al servicio de la cabeza?, con los contenidos en cierne, la cabeza esta presa de ellos, no se puede enseñar libertad si no existe ¡primero!, el hecho de la libertad, “PRIMATE” la libertad -no es- enseñable, la verdad tampoco, menos la inteligencia, la bondad, el respeto, si en las escuelas no existen tales variables, entonces, ¿qué es la educación?, los primates la definan, ¿consecuencias?, todos nuestros gobernantes, ayer, hoy y mañana fueron a esas escuelas, con sus funcionarios electos, ¡ah!, y quienes los votaron también, ¿ven para qué sirve la educación?
Juan Oviedo
SiGesellnoticias