¿Y dónde está el piloto?

La crisis de las escuelas cerradas en la Provincia de Buenos Aires es la cara más visible del conflicto educativo.

Pero en verdad el descalabro se extiende por todo el País.

Es más fácil citar las Provincias donde todo funciona desde la fecha prevista para el inicio del ciclo lectivo, que son Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Santa Cruz y Ciudad Autónoma de Buenos Aires que todo el resto.

Curiosamente, excepto Santiago del Estero, las otras cuatro son gobernadas por opositores del Gobierno Nacional.

Luego de decirnos con cara y voz de combatiente que los que quieran una devaluación “van a tener que esperar otro Gobierno”, se produjo la devaluación del peso ante la presión de la “corporación” de la Matemática y la Economía.

La inflación no se detiene y, como los mejores neoliberales el ajuste viene por el lado de los sueldos, que aumentarán por lo menos un 15 % por debajo del aumento del costo de la vida.

Eso se llama ajuste, aunque quieran disfrazarlo.

El retiro de los subsidios que mantuvieron un precio electoral sobre todo en Capital y conurbano en las tarifas de los servicios públicos también se llama ajuste.

Los recursos millonarios en dólares que se pagan por la importación de gas y petróleo son también una dura forma de ajuste.

El aumento mensual ya anunciado de combustibles es otra variante del ajuste que no ha de ser mitigado ni por los ciento y pico de ”precios cuidados” ni por el anuncio del pan a $ 18,00.

La conclusión final es que a la hora de gobernar las ciencias duras no admiten discursos, procedimientos y gestiones populistas.

Requieren, por el contrario, firmeza y convicción junto a capacidad intelectual y nada de corrupción.

En una República, (ésta lo es según el Art, 1° de la Constitución), hay un piloto.

Es el o la que ocupa la Presidencia.

Como estamos en camino de verificar en carne y bolsillos propios el fracaso del populismo, es necesario que las luchas y las protestas sectoriales unan sus voces para reclamar por el piloto.

Será una forma pacífica de decir basta y un modo anticipatorio para que quienes intenten reemplazarla se preparen en serio.

La película duró sólo 88 minutos y fue nada más que un divertimento.

Esto lleva una década que muestra sobradamente sus consecuencias.

Los pibes que hoy roban y matan nacieron con la década los más chicos o tenían 10 años cuando comenzó.

Este problema, la desarticulación de la sociedad es el peor lastre que ha de quedar.

La Economía puede mejorar, pero la vuelta al orden, el respeto a la Ley y la convivencia necesitarán de un trabajo intenso y preciso.

No será fácil para nadie, pero es imprescindible que se enseñe a pescar para dejar de regalar pescado.

Que el piloto aterrice lo mejor que pueda y que la tripulación que lo reemplace sepa hacer la reparación de tanto daño.

El tema no nos es ajeno, porque hemos de ser nosotros los encargados de elegirlos, razón por demás a tener en cuenta para no tropezar otra vez con la misma piedra. …

SiGesellnoticias

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