A Boudou lo esconden aún desde el propio Gobierno, así que este trámite es imposible.
Estamos, entonces, con una acefalía virtual, con la Presidenta refugiada en Calafate cuidando sus rosas y cambiando los pañales de su nieto, en tanto el País vive un estado de bronca y frustración que no puede atemperar Capitanich con su discurso alambicado de todos los días. La carencia de luz y agua, anunciada por todos y sólo desatendida por esta gente, es un drama en sí mismo.
Pero además, para completar la escena, ocurre ahora que los Gobiernos Provinciales no pueden pagar los sueldos que prometieron a sus policías amotinadas. En Entre Ríos ya hubo concentraciones de uniformados exigiendo el pago acordado.
En Chaco igual.
Y lo mismo habrá de ocurrir en otras jurisdicciones.
Esta tremenda muestra de irresponsabilidad impone la necesidad de que la Presidenta se siente sobre su promocionado 54% de los votos y gobierne.
No es un pedido extraño ni destituyente.
Es tan solo un reclamo de pura lógica.
Cuanto antes sea, mejor.
Sería una falta de respeto sugerir alguna idea, pero con ese riesgo, hay que decir que no hay vientos favorables para el que no sabe adónde va.
Por “Cacho” Olivera
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